De alguna manera todas las teorias a lo largo de la historia se relacionan. Sun Tzu decía en “El arte de la guerra” que la mejor defensa era atacar, mantener a tu enemigo ocupado defendiendose es la mejor forma de asegurarse que no te pueda atacar.
Años mas tarde, o siglos, George Orwell diría en su libro “1984” que las guerras modernas no fueron hechas para ganarse, tampoco para perderse sino para ser luchadas, para mantener a la humanidad ocupada mientras cosas realmente importantes les pasan por al lado. Lo que en la política argentina conocemos como los elefantes rosas.
En Abril del 2002 venezuela acaba de votar a Hugo Chavez como presidente nuevamente, la victoria frente a su contrincante de derecha fue abrumadora, fue tal que su rival al verse imposibilitado de ganar por las urnas recurrio al ejercito y organizo el famoso golpe del 2002, metiendo preso a Chavez y tomado el poder (literalmente) por asalto a la casa de gobierno. Si bien duro poco y Chavez recupero el poder pocos dias mas tarde, ese fue el comienzo en Venezuela de una guerra contra “el socialismo” que dura hasta el día de hoy.
En el 2003 Lula Da Silva, un politico de raices obreras que jamas termino la secundaria y aprendio a leer pasado los diez años, llega a la presidencia de Brasil. Su combate contra la pobreza e inclusion le valio tantos enemigos, que luego de dejar la presidencia en el 2010 y posteriormente darle paso a Dilma Rouseff, esta seria desplazada de su cargo con acusaciones jamas probadas de corrupción y darle lugar, otra vez, por asalto pero esta vez Civico y no militar, a Michel Temer, un tipo tan limpio que aparece en las primeras paginas de Panama Papers.
En el 2007 Rafael Correa llega a la presidencia de Ecuador, dejando atrás lo que el mismo denomina la larga noche neo-liberal que domino la region desde la década del noventa. Rafael Correa, también supo combatir la corrupción, modernizar el estado y sacar de la pobreza a miles de ecuatorianos, lo que le valió un intento de golpe de estado en el 2010, donde fue literalmente secuestrado por la policía de ese país y debió ser rescatado por un comando militar. Hoy lejos de la presidencia y con el fantasma de que podría volver al gobierno en una nueva elección, es la derecha del país quien lo acusa de corrupción.
Podría seguir con una larga lista de otros presidentes latinoamericanos que corrieron igual suerte (O peor incluso) pero la idea se entiende. La derecha tiene sus formas bien aceitadas, cuando no puede con las urnas, intenta con las botas, cuando las botas no funcionan intenta con las acusaciones de corrupción, que por ahora parecen ser la mejor herramienta contra gobiernos populares.
La corrupción como acusación es muy fácil de hacer y es muy difícil de probar. Incluso los panama papers que tantas pruebas y documentos arrojaron no pueden probar corrupción aun cuando cual análisis lógico lo comprobaría (Nadie tiene cuentas fuera de su país si no es para lavar dinero). Es por esta facilidad que es la herramienta preferida de la nueva derecha, una derecha que sabe que mantenerse al ataque es su mejor defensa. Cuando la oposición debe pasear por las cámaras de television y los diarios defendiendose todos los días de causas distintas, no tiene tiempo ni credibilidad para luchar por causas mas grandes. Por ejemplo Cristina Kirschner fue recientemente acusada de traición a la patria, una acusación por lo menos rara si uno tiene en cuenta los antecedentes historicos en la Argentina de una denuncia de este tipo, pero si incluso uno lee un poco la causa, la idea da risa. Pero si quisieramos asumir que no es persecución ni estrategia y que realmente se cree que traiciono a la patria, seria justo preguntarse ¿Por qué el juez dicta prisión preventiva ahora que tiene fueros y no los dos años anteriores que no tenia ningún tipo de inmunidad diplomatica? La respuesta es simple, porque la idea no es que vaya presa, sino que se difunda la idea de que debería estarlo. Cuando una persona acusa al gobierno de gobernar para los ricos ¿Con qué autoridad moral puede hacerlo si traiciono a la patria? ¿En qué cabeza cabe hacerle caso a una mujer que se robo, por ejemplo, un PBI? Las acusaciones de la derecha lationamericanas son por lo menos acertadas en cuanto a lo estrategico, no tienen asidero judicial pero si calan en la mente del ciudadano común, incluso por acumulación hay quien termina diciendo “Te creo que de una sea inocente, pero de todas? Dale..”
Son tiempos interesantes entonces para la política lationamericana y sobre todo para los gobiernos populares que se encuentran por el momento en retirada y desorganizados, sera tal vez cuestión de encontrar la manera de salir de la defensa y volver al ataque como supieron hacerlo en décadas pasadas pero esta vez las mismas tácticas no traen buenos resultados. Dice Duran Barba en su libro “El Arte de Ganar”, lo que antes para la izquierda le sumaba votos era juntar gente en una plaza a modo de muestra de poder, juntar cien mil personas a fuerza de un par de frecuencias de radio y unos pocos canales de television realmente mostraba el termometro. Hoy en día, juntar gente en una plaza, no solo no es un merito sino que pincha votos, la gente ve cada movilización como un gesto de brutalidad y de pasado que no quiere repetir. ¿Tiene razón Duran Barba con estos dichos? Las encuestas indican que si, que cada marcha, cada corte y cada movilización, lejos de probar un punto y mostrar unidad lo que hacen es instalar en el imaginario colectivo las preguntas que reza la televisión ¿Quién les paga? ¿Con plata de quién? ¿Ahí van mis impuestos?
La cuestión entonces, si la izquierda y los movimientos populares van a desaparecer es un mito, es como creer que la derecha podría desaparecer también. Ambas fuerzas milenarias, una para cada lado van a existir siempre y por naturaleza van a chocar. La pregunta entonces es, ¿Cómo hará la izquierda para contra atacar?
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