Transdolor.inc

 

— ¿Preparado Doctor?

— Por supuesto.

— ¿Cómo quiere comenzar?

— Dígame usted, usted es la periodista.

— ¿Que opina de las denuncias de violaciones a los derechos humanos en su institución? ¿Las desmiente?

— Ah, empezaste con todo.

— Usted insistió.

— Lo niego rotundamente.

— ¿A las denuncias?

— Las denuncias existen, no las niego. Pero su contenido es pura mentira.

— ¿Niega tener seres humanos en cautiverio en sus instituciones?

— Si, rotundamente. Los conectados, si a esos se refiere, no están en jaulas y son libres de irse cuando lo deseen.

— ¿No le parece inhumano hacer negocios con el dolor humano?

— Eso es una opinion señorita disfrazada de pregunta.

— Tiene razón. Reformulo, ¿Qué opina de las acusaciones de que usted lucra con el dolor ajeno?

— Sigue siendo una opinion, pero se la voy a contestar. La industria de la medicina siempre fue un negocio, no se lo voy a negar ni a usted ni a sus espectadores. Pero sepa que como en cualquier negocio hay ética y aun si no la hubiese existe la ley. Y nosotros estamos ajustados tanto a la ética humana como a la ley vigente en todo el territorio.

— Osea, admite que lucra con el dolor ajeno pero eso es legal.

— Claro que es legal y claro que no somos una asociación sin fines de lucro, pero vea. Acá nadie obliga a nadie, nosotros prestamos un servicio, hay gente que esta sufriendo ya, que en este momento están retorciéndose de dolor. Nosotros proveemos un servicio que calma ese dolor por un precio razonable.

— Pero lo calma acosta de que otro lo sufra.

— Pero vea, ese otro, se presta voluntariamente y recibe una remuneración bastante razonable. Es un juego donde todos ganan.

— ¿Lo ve como un juego?

— No fue lo que dije.

— Sigue sin responder la pregunta inicial. ¿Por qué niega la violación a los derechos humanos? ¿O niega que se murió un paciente en su clínica?

— Esa muerte ademas de lamentable fue lamentablemente inevitable, el conectado mintió en los formularios de ingreso, no teníamos forma de saber que sufría del corazón.

— ¿Y no aguanto el dolor?

— Entre otras cosas.

— Es decir, murió de dolor en su clínica.

— No, murió de un ataque al corazón.

— Producto del dolor inflingido en esta institución.

— Esta dando vueltas en círculos.

— Conteste la pregunta.

— Podría haber muerto de un susto en una montaña rusa.

— Pero murió acá, conectado a una de sus maquinas sufriendo un dolor ajeno. ¿Sí o no?

— Si, la respuesta es si. Murió acá lamentablemente luego de mentir en su formulario de entrada y nos ampara la ley.

— Si una ley lo ampara a matar a alguien de dolor, ¿No es tiempo de cambiar la ley?

— Yo no hago las leyes, solo las cumplo. Y le insisto, acá nadie obliga a nadie a hacer nada que no quiera. Hay gente cuyo padecimiento es tan grande que desea no sentir mas dolor, en el pasado esa gente hasta se suicidaba, hoy hay otra manera. Hoy pueden usar nuestros servicios, se conectan a una maquina el tiempo que dure su enfermedad, a cambio otro sujeto presta su sistema nervioso para absorber su dolor. Nosotros solamente somos un medio, una conexión entre dos personas que voluntariamente deciden hacer esto.

— Pero cobra por el servicio.

— Por supuesto es un trabajo de tiempo completo y altamente innovador.

— ¿Por qué si puede usar un sistema nervioso externo simplemente no utilizan uno falso  o artificial?

— No crea que no lo intentamos, lo intentamos todo, pero no se puede. El cuerpo, vea, el cuerpo humano es muy inteligente y el sistema nervioso produce dolor por razones especificas, si uno intenta engañarlo la falla puede ser total en ambos sujetos.

— Osea, ¿No hay otra manera mas que hacer sufrir a otra persona?

— Nosotros no estamos en el negocio de curar enfermedades, no es nuestro campo, nosotros la hacemos mas llevadera mientras los doctores se encargan de ese tema. Mitigamos el dolor.

— Lo transfieren.

— Bueno, si, lo transferimos a aquellos que lo soportan uno o dos días, luego cambiamos de sujeto. En vez de un ser humano sufriendo de cancer de pulmón por meses, lo repartimos en un montón de sujetos salteando cada cuarenta y ocho horas. Es mas humano.

— ¿Qué hay de humano en lo que hace?

— Veo que la entrevista no era tal. Usted no viene a hacer preguntas, sino a contarle a su audiencia lo que piensa, disfrazado de preguntas, pero sabe bien que no esta preguntando nada, no quiere escuchar. Que tenga un buen día.

— Me quedan varias preguntas.

— Respondalas usted, lo viene haciendo desde que llego. Buen día.

 

 

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